La Virgen del Pilar dice

De Portfolio Academico

Tuve una revelación. De pronto, lo vi todo con una claridad tan pasmosa que hasta creí que iba a perder el equilibrio. No todo el mundo tiene la suerte de tener revelaciones. Es un don, y como todos los dones, una lotería. Hay gente que tiene revelaciones viendo, qué sé yo, el cañón del Colorado o las inmensas llanuras de Ohio. Ocurrió cuando en la soledad de mi sofá contemplé a! equipo de The artist recibiendo el Oscar a la mejor película. Fue, digo, en ese feliz momento en que la ceremonia tocaba a su fin cuando me di cuenta de que los americanos babean con los franceses. Quieren ser franceses aunque vivan su deseo en silencio. Se pasan la vida afeando su conducta anárquica, su arrogancia, su tendencia incorregible al "fumeteo", la irreprimible "salidez" de los hombres, analizan ese misterio por el cual las mujeres comen quesos por la noche y llegan a la tumba amojamadas, sin un gramo de grasa; se burlan de su acento, pero, ay, ponle a un americano una palabra francesa en la boca y la degustará como un bombón. Se percibe siempre un tufillo de envidia.

Ay, quién pudiera saber disfrutar de la vida como ellos. Beber vino a diario y no ser alcohólico, comer quesos cremosos con higos y nueces y pan y chocolate y no ser gordo, fumar en casa de un amigo sin pedir permiso ni ser considerado un depravado, gastar en cremas y peluquerías sin sentirse culpable, tener escarceos fuera del matrimonio sin ser por ello apartado de la carrera política, darle un cachete a un niño y no por ello ser acusado de maltratador, tener el derecho a decirle a tu criatura que eres tú quien pone las reglas, así que vete a tu cuarto mientras hablo con la visita: ser francés, en suma, que también es una lotería, como tener revelaciones. Yo tengo mi propia experiencia al respecto: anduve una semana de visita por liceos franceses y disfruté viendo cómo los niños llamaban de usted al profesor y cómo intervenían educadamente en la charla. Pero no lo conté ni lo contaré nunca porque aquí nos enfadamos si alguien pone en cuestión a nuestros niños. Y más nosotros, que tuvimos una oportunidad histórica de ser franceses, pero, como todo el mundo sabe, la Virgen del Pilar estuvo en desacuerdo.

"*La Virgen del Pilar dice | que no quiere ser francesa..." (Fragmento de una jota aragonesa popular)

ELVIRA LINDO