Kant y la Ilustración: sapere aude
La ilustración es la salida del hombre de la minoría de edad en la que se encuentra por su propia culpa. Kant acusa al hombre no emancipado de dejarse llevar por una situación que en parte le es cómoda.
Para Kant era preciso luchar por la emancipación del hombre y no valía nada compadecerse de los demás ni llorar con ellos. Tampoco servia de nada creer que un gran hombre o una gran acción les iba a dar la libertad. Mediante una revolución violenta no se consigue la verdadera reforma de la manera de pensar.
Si las diferencias en la humanidad (riqueza, cultura, felicidad) eran tan enormes, era preciso retirar los obstáculos externos que impiden a los hombres ser mejores.
Pero también era preciso que el propio hombre tomase conciencia de que el también debía actuar (cada persona) para lograr su propia felicidad. La culpa no esta solo en los que mandan, quienes se mantienen en la minoría de edad pasiva con la necesidad de tutela de otros también eran culpables.
Salir de la pasividad era el punto de partida para reformar la sociedad. Por ello, Kant tenia especial interés en que cada hombre se hiciese a si mismo aquellas preguntas, así se cumpliría en cada hombre la mayoría de edad, en la que consistía la libertad verdadera; construir su propia vida, su propio proyecto vital dependiendo fundamentalmente de cada uno mismo.
Para Kant, la ilustración no es un asunto de mero conocimiento, de mera lucha contra los prejuicios, ni contra la vieja teología, es mas bien una actitud practica, una orden, un mandato que nos damos a nosotros mismos, es algo que debemos hacer todos. Kant anima al hombre a hacerse cargo de su vida responsablemente, y decidir cual es el bien concreto para nuestra vida concreta. Al cumplir ese derecho, somos soberanos de nuestro proyecto vital. Para realizar esta ilustración, se necesita también libertad, en concreto libertad para hacer uso publico de la razón (libertad de pensamiento y expresión).
No vivimos en una época ilustrada, pero si en una época de ilustración. Falta mucho para que los hombres se hallen en disposición de servirse de su propia razón, pero se están empezando a dar los primeros pasos para eliminar los obstáculos externos.
Instaurar una ilustración en sujetos particulares por medio de la educación es fácil, basta con acostumbrar desde temprano a los jóvenes a reflexionar. Pero ilustrar una época es largo y costoso, se encuentran muchos obstáculos externos que pueden prohibir este tipo de educación. Se nos puede quitar la libertad de hablar si la época no es ilustrada, pero no la libertad de pensar si somos personas ilustradas.