Economía y sociedad en la España liberal (1833-1876)
Pertenece al temario de Historia (2012-2013)
Economía
Durante la construcción de la España liberal se dio paso al liberalismo económico, concepto acuñado por Adam Smith. Dicho modelo económico se basó en varios principios.
- El derecho a la existencia feliz
- Para conseguir esa existencia feliz, es preciso poseer bienes (propiedad privada)
- La obtención de la propiedad privada da sentido al trabajo
- Para desarrollar la existencia feliz, también es necesaria la libertad y la igualdad de oportunidades.
- El estado debe garantizar la propiedad privada, la libertad y el orden social.
La principal herramienta del liberalismo político para la consecución del liberalismo económico es la desamortización de tierras. Este es un cambio esencial del sistema de propiedad y tenencia de tierras, por el que pasan de estar desaprovechadas en manos muertas a pertenecer a la propiedad privada de la población.
La primera tarea de los liberales fue, por tanto, desvincular las tierras de los nobles y desamortizar las tierras de la iglesia y bienes comunales.
La desvinculación supuso la abolición de los señoríos jurisdiccionales y la supresión del mayorazgo. La desamortización, por otra parte, supone incautar los terrenos, subastar dichos bienes y recaudar los beneficios.
El proceso desamortizador
Durante el siglo XVIII los ilustrados habían hecho varios intentos de desamortización. De hecho, con Carlos III se vendieron los bienes de los jesuitas y con Carlos IV se desamortizaron terrenos comunales y eclesiásticos.
Durante la Guerra de la Independencia, José Bonaparte disolvió ordenes religiosas y vendió sus bienes Las Cortes de Cádiz, por su parte, iniciaron la labor de convertir en libre la propiedad del Antiguo Régimen.
Durante el reinado de Fernando VII solo se llevo a cabo una desamortización, en el trienio liberal. Se vendieron bienes del clero regular (ordenes de religiosos, monjas y frailes) y secular (curas y obispos).
Durante el reinado de Isabel II se dieron las dos mayores desamortizaciones en España. La primera de ellas fue la de Mendizabal. Esta desamortización perseguía asegurar el trono de Isabel II ganando la Primera Guerra Carlista, disminuir la deuda publica para que el estado pudiese acceder a los créditos, conseguir apoyos entre la nobleza y modernizar la agricultura. En 1937 se realizó la venta de los bienes del clero regular, y en 1938 las del clero secular. Esta desamortización hizo que se ganase la Primera Guerra Carlista y se asentase el reinado de Isabel II, aunque sus consecuencias negativas no fueron pocas. En el plano económico, se recaudó menos de lo esperado, y no se produjo ninguna reforma agraria. En el plano social, aumentaron los terratenientes, disminuyeron los campesinos y nacieron los jornaleros, que se convertirían años después en el proletariado. Por ultimo, en el plano cultural, se dio la perdida y expolio de muchos bienes culturales.
La segunda desamortización se inició en el gobierno de Madoz. Fue la mas larga de la historia, desde 1855 hasta 1924, y tuvo carácter general. Sus objetivos eran sanear la hacienda, obtener ingresos para la industrialización y la construcción del ferrocarril y compartir beneficios con los ayuntamientos. En esta desamortización, como en la anterior, no se reformó el sistema agrario ni se repartió la tierra, solo se recaudó dinero. Se vendieron el 50% de las tierras cultivables, se abolió el diezmo (impuesto del 10% de la cosecha) y se mejoraron los transportes y las comunicaciones. En el ámbito social, surge el proletariado agrícola y la burguesía terrateniente. Por ultimo, en el plano cultural, se dio la perdida y expolio de muchos bienes culturales.
Industrialización
La situación inicial de la industria española se caracterizó por dos aspectos. Por un lado, el predominio del mundo agrario, en el que se incrementó tímidamente la producción y se modernizó escasamente la técnica, aunque los beneficios siguieron siendo escasos.
Por otro lado, la industria sufría un retraso, propiciado por la escasez de materia prima, el deficiente mercado interior, el atraso tecnológico, la ausencia de calidad y mentalidad capitalista y la perdida de las colonias.
Durante el inicio de la industrialización en España surgieron dos sectores fuertes, la industria textil y la siderurgia.
La industria textil en este momento se dio en Cataluña; y sus características fueron contar con un mercado nacional reservado y medidas proteccionistas, contar con capital procedente de la producción agrícola del aguardiente, contar con campesinado con capacidad de trabajo y burguesía con mentalidad capitalista y beneficiarse de la supresión de los diezmos. Dos hechos marcaron la producción textil; por un lado, la sustitución de la lana por el algodón, y por otro, la introducción de la maquina de vapor.
La siderurgia, por su parte, evolucionó en tres fases, sustituyendo las viejas ferrerías por altos hornos.
La primera fase se dio en Marbella entre 1830 y 1850. donde comenzaron con el carbón vegetal, un fracaso dado su escaso poder calorífico.
La segunda fase, durante la década de 1860, se dio en Asturias, que contaba con carbón mineral de calidad, aunque escasas minas de hierro.
En 1870 los Ibarra iniciaron la siderurgia en Bizkaia, basada en el carbón mineral y la modernización tecnológica.
El éxito vizcaíno se basó en la presencia de industrias tradicionales, la localización estratégica, la materia prima de gran calidad compuesta de hierro rico en hematites y la presencia del estado liberal. También favorecieron al éxito la presencia de burguesía con mentalidad capitalista, la mano de obra competitiva y la llegada de dinero y tecnología, principalmente de Siemens y Bessemer.
La industria en Gipuzkoa empezó mas tarde, con algunas diferencias. Bizkaia contaba con una siderurgia localizada, formada con capital interior y exterior y con factorías de gran tamaño; mientras que en Gipuzkoa las industrias se repartieron en varias clases y varios sectores, formada con capital propio conseguido en las colonias e invertido en pequeños talleres.
El desarrollo de la industria vasca se dividió en dos etapas. Por un lado, desde finales del siglo XVIII hasta 1876 se centraron en la venta de minerales y la acumulación de capital. Por otro, desde 1876 hasta 1920 se desarrolló y se consolidó dicha industria.
Ferrocarril
La expansión del ferrocarril era en este momento el indicador mas fiable de la industrialización en Europa. Sin embargo, en España dicha expansión no llegó a la par que la industrialización. Este retraso se debió a las condiciones orograficas españolas, al estancamiento económico, al atraso técnico, a la ausencia de capital inversor y a la inestabilidad política. Sin embargo, la Ley de Ferrocarriles de 1855 impulsó la construcción de la red, eliminado impuestos y consiguiendo privilegios, consiguiendo atraer a inversores extranjeros; aunque no consiguió modificar la posición en la que se encontraba España.
Política económica del Sexenio
El impulsor de los cambios en el sexenio fue Laureano Figuerola. Esta fue una de las reformas mas profundas, en las que se cambió el real por la peseta para dar paridad a la moneda, se creó el Banco Hipotecario, se creó el Banco de España y se le concedió el monopolio de emitir billetes, se aprobó una ley arancelaria librecambista y una ley de minas que suponia una verdadera desamortizacion del subsuelo y una importante entrada de capital.