Construcción de la España liberal. Isabel II y Sexenio Democrático. (1833-1874)
Pertenece al temario de Historia (2012-2013)
Introducción
Durante el reinado de Fernando VII se produjo el enfrentamiento entre liberales y absolutistas. Para asegurar el reinado de su hija, Fernando pactó con los liberales, los cuales estarían en el gobierno durante todo el reinado de Isabel. Por su parte, los partidarios de Carlos Maria Isidro, hermano de Fernando, harían valer su derecho al trono, siendo estos el principal freno a la construcción de la España liberal.
Desarrollo
La construcción de la España liberal se desarrolló durante el reinado de Isabel II y el sexenio democrático. El reinado de Isabel II contó a su vez con varias etapas, propiciadas por la minoría de edad de la reina y los enfrentamientos entre los moderados y los progresistas.
Regencia de Maria Cristina
La primera de estas etapas fue la regencia de Maria Cristina, madre de Isabel. Por su parte, el gobierno estaba en manos de los liberales. Entre las dos corrientes, los progresistas y los moderados, había muchos principios en común, tales como la constitución o las libertades individuales. En sus discrepancias destacaba el sufragio censitario, siendo el progresista menos restringido que el moderado. Asimismo, los moderados apostaban por la centralización, el proteccionismo y el servicio militar obligatorio; mientras que los progresistas promovían la descentralización, el librecambio y el ejercito profesional.
En 1834 ya se planteaba necesario acordar un nuevo camino con carlistas y liberales. Los primeros, sin embargo, hicieron imposible el acuerdo. Por contra, los liberales llevaron a cabo un primer texto con Martínez de la Rosa a la cabeza. Este Estatuto Real, de pocos puntos, no convenció a ninguna de las partes, ya que no solo no solucionaba los problemas acuciantes, sino que resultaba un freno para realizar las autenticas reformas que se solicitaban.
Paralelamente, la Primera Guerra Carlista causaba crispación social, que se reflejaría en distintas revoluciones y en los pronunciamientos de La Granja, por los cuales la regente entregaría el gobierno a los progresistas.
En este periodo se sucederían los gobiernos de Calatrava y Mendizabal, en los que se daría otra desamortización, con el objetivo de, ademas de sanear la hacienda y obtener el apoyo de los compradores, obtener recursos para ganar la guerra carlista. Dicha guerra también afectó a las políticas del momento, siendo su fiel reflejo la constitución de 1837. Dicha constitución, aun siendo progresista, reflejó un consenso entre los dos movimientos liberales. Ademas, sus novedades fueron la libertad de prensa, la descentralización de los ayuntamientos y la Milicia Nacional.
Regencia de Espartero
El éxito del general Espartero en la guerra carlista y el hartazgo de Maria Cristina al mando de la regencia hizo que las cortes eligieran al general progresista en 1840 para ponerlo al frente de la regencia. Sin embargo, Espartero era un gobernante autoritario, cuyos apoyos se redujeron a un grupo de militares adictos. Por su parte, los generales moderados llevaron a cabo numerosas revueltas, hasta la victoria de Narvaez en 1843. De esta forma se puso de manifiesto el descrédito de Espartero.
Década Moderada
El siguiente periodo, de 10 años de duración, fue encabezado por el general moderado Narvaez en el gobierno. Las reformas se centraron en un orden publico estricto y la centralización, y se reflejaron en la constitución de 1845. Esta constitución, junto con el concordato de 1851, supusieron una aplicación radical de las ideas moderadas. Estas reformas incluyeron la creación de la guardia civil, la centralización de los ayuntamientos mediante los gobernadores civiles, el control de la prensa, la secularización de la enseñanza y la centralización de la instrucción publica, la censura religiosa, la renovación del derecho de presentación de obispos, un pacto con la iglesia, una legislación unitaria mediante la reforma del código civil y penal y la reforma haciendistica, con el impuesto a los consumos.
Bienio Progresista
En 1854 el general O'Donell realizó un pronunciamiento, al que se le uniría el general Serrano poco después. En conjunto redactaron el Manifiesto al País. Este texto y su difusión derivó en un movimiento popular progresista, con dimensiones obreristas.
Durante el periodo que se abrió con este movimiento se redactó una nueva constitución, aunque no llegó a promulgarse. Esta constitución era totalmente coincidente con el ideario progresista, con soberanía nacional, limites a la Corona, libertad de prensa, Milicia Nacional, descentralización de los ayuntamientos, autonomía de las Cortes y tolerancia religiosa. Asimismo, en este periodo se continuó con las desamortizaciones de Madoz y se aprobaron la Ley de Ferrocarriles en 1855 y la Ley Bancaria en 1856.
Durante este bienio también hubo actividad política. En la denominada izquierda nacieron los demócratas y los republicanos, que agrupaban también al socialismo y al federalismo. El movimiento obrero se inició también en esta época, con las primeras organizaciones en Cataluña. Por ultimo, el carlismo también resurgió.
Moderantismo
En el final del bienio volvió a intervenir O'Donell, dando un golpe de estado. Esta vez el panorama político volvería al moderantismo, de la mano del nuevo partido del general, Unión Liberal. Este grupo tendría un carácter liberalista centrista, aunque con predominio del ideario moderado. De inmediato llevaron a cabo varias reformas, como implantar de nuevo la constitución de 1845. Sin embargo, el gobierno de la Unión fue sustituido por Narvaez, apoyado por la facción mas conservadora de los moderados y la reina.
El gobierno de Narvaez no tuvo una gran extensión, y ya en 1858 la Unión Liberal volvió a estar en el gobierno. En estos años la atención estaba centrada en la nueva carrera colonial, la cual impulsó el patriotismo gracias al general Prim y su victoria en Marruecos. En 1864 volvió el moderado Narvaez al gobierno, con una política de represión de las libertades.
El final del moderantismo y del reinado de Isabel II se dio debido a una crisis industrial seria, la incapacidad de reaccionar del moderantismo y un repunte de la crisis en 1866. Ademas de esto, el general Prim impulsó varios golpes de estado, hasta que consiguió que en el pacto de Ostende se realizase un proyecto de sucesión del sistema isabelino y una convocatoria de cortes constituyentes mediante sufragio universal masculino. Con este pacto y la victoria de Prim en 1868, se dio fin al reinado de Isabel II.
Sexenio Democrático
Tras la revolución encabezada por Prim, llamada La Gloriosa, llegó la afirmación de un nuevo sentido del liberalismo, el fin del régimen de los generales y el triunfo de la sociedad civil.
Esta se materializó mediante una nueva constitución, elaborada por el gobierno provisional. Para ello, se realizó una convocatoria de cortes constituyentes mediante sufragio universal masculino, donde se reflejaron también las opciones republicana y carlista. La nueva constitución establecía la división de poderes, el derecho de reunión y asociación y la liberta de culto, así como la monarquía democrática y las cortes bicamerales.
Mientras se daba la búsqueda de un rey demócrata, entre 1869 y 1870, las revoluciones en las colonias tomaron de nuevo protagonismo, esta vez en Cuba. Asimismo, los carlistas y los republicanos aumentaron su actividad, dificultando la formación del estado democrático.
Finalmente, el general Prim propuso a las cortes un nuevo rey demócrata, y estas lo admitieron. Este era Amadeo de Saboya, hijo del rey de Italia. Sin embargo, su valedor, Prim, fue asesinado días antes de su llegada. Estas circunstancias hicieron que tan solo quince meses después Amadeo presentara su acta de dimisión. Por ello, las Cortes decidieron llevar a cabo pacíficamente la proclamación de la república.
Dicho periodo fue un fracaso manifiesto, ya la situación de la hacienda, la incipiente tercera guerra carlista, el conflicto en Cuba y la escasa ayuda del ejercito dificultaron enormemente la tarea del gobierno. Aun así, la república unitaria, es decir, centralista, consiguió llevar a cabo varias medidas, como amnistías, la supresión de las quintas y la eliminación de la esclavitud en Puerto Rico.
La república unitaria seria sustituida por la federal, es decir, descentralizadora. Sin embargo, los federales se dividieron, dadas las diferencias entre prioridades. Un grupo veía como prioritario restablecer el orden social, mientras que el otro consideraba urgente llevar a cabo la organización territorial. Las disputas entre los dos grupos hicieron imposible llevar a cabo las tareas de gobierno, por lo que Pi i Margall, presidente del gobierno, cedió en julio de 1873 su cargo a Salmerón.
Salmerón estableció una república unitaria, la cual fue presidida primero por el mismo y luego por Castelar. La política llevada a cabo por ambos se redujo al restablecimiento del orden. Sin embargo, no hubo mucho margen de maniobra, ya que en la segunda noche de 1874 Pavia llevó a cabo un golpe de estado que pondría fin al Sexenio Democrático.
Conclusion
Este periodo supuso un paso hacia delante en la historia, dado que se avanzó desde el moderantismo mas conservador hasta la primera experiencia republicana de nuestro país. Asimismo, sentó precedente en muchas formas novedosas no tratadas en la política española hasta el momento, como la misma república.
Aun así, el siguiente periodo volvería al modelo político moderado, con un rey liberal. Este supondría uno de los innumerables pasos atrás en la historia de España.