Carlos IV. Crisis del Antiguo Régimen (1788-1808)
Pertenece al temario de Historia (2012-2013)
Introducción
Carlos IV fue el ultimo rey del Antiguo Régimen. Este sistema político se basaba en el absolutismo del rey y la centralización del estado en su persona.
Su predecesor, Carlos III, fue un monarca absolutista, aunque aplicó medidas de los ilustrados para mejorar el reino, siempre con la premisa de no perder su poder. En otras palabras, fue un déspota ilustrado. Su reinado, sin embargo, no estuvo exento de problemas, entre los que se encontraban el déficit de la hacienda, el estancamiento económico y la consiguiente crisis de subsistencia. A la muerte de Carlos III, su sucesor tuvo que afrontar estos problemas.
Desarrollo
El despotismo ilustrado del anterior reinado trajo grandes mejoras para el país, aunque también puso en contacto a España con las ideas de la ilustración. En ellas iban inscritas las ideas impulsadas por la revolución francesa, donde se daba poder a los burgueses en detrimento de la monarquía y el clero.
La actitud de los distintos gobernantes respecto a esas ideas fue cambiante durante el reinado de Carlos IV. El conde de Floridablanca optó por una política de aislamiento, prohibiendo cualquier expresión de ilustración y censurando toda publicación de este tipo. Su sucesor, Aranda, sin embargo, intentó un acercamiento a los franceses, con el fin de frenar la revolución, aunque todos sus esfuerzos fueron en vano.
En 1792 el cargo fue asumido por Manuel Godoy, activo reformista temeroso de la ilustración. Dada su posición intermedia, fue repudiado tanto por absolutistas como por ilustrados.
Después de la ejecución de Luis XVI, España rompió todos sus pactos con Francia. Asimismo, iniciaron junto con los británicos una ofensiva contra los franceses, llamada Guerra contra la Convención. Durante el transcurso de esta guerra varios territorios españoles fueron invadidos, incluido Gipuzkoa, quienes llegaron a plantear la adhesión a Francia. Esta guerra tuvo su final en 1795, con la Paz de Basilea.
Poco después, se dio el Pacto de San Ildefonso, para luchar en alianza con los franceses contra Gran Bretaña. Esto supuso una de las mayores derrotas del ejercito español, ocurrida en el Cabo de San Vicente. A su vez, estas derrotad derivaron en una profunda crisis institucional, con un amplio grupo critico hacia la monarquía.
Durante todo este periodo, el foco de atención estuvo en la política, por lo que no hubo cambios significativos en la economía y la sociedad. La crisis de subsistencia y el consiguiente conflicto social se mantuvieron en primera linea de actualidad. Asimismo, la deuda publica, aunque se intentó mitigar mediante las desamortizaciones, no cesó, llevando a las cuentas del estado a la bancarrota.
Conclusión
La sociedad, en esta situacion, se vio dividida entre ilustrados y absolutistas. Por su parte, la corona también pago un alto precio, llegando a alcanzar una gran impopularidad.
Esta fue a mas después de la Guerra de las Naranjas y el Tratado de Fontainebleau, con los que se inició una ofensiva con el fin de invadir Portugal y repartirlo. Este pacto le permitió a Napoleón introducir sus tropas en España.
Carlos IV se vio sobrepasado por la situacion que afectaba a España, y especialmente tras el Motín de Aranjuez, decidió abdicar en su hijo Fernando VII, pero los dos fueron convocados en Bayona, donde Napoleón les presionó para ceder la corona española y dejarla en sus manos.
Así, en una España descabezada, invadida y dividida, el estallido de la guerra de la independencia seria inminente.