La libertad y el problema del mal
El mal reside en la libertad humana, y no en un Dios malvado, por lo que el bien no reside en la libertad humana. De esta manera, el hombre necesita de la gracia de Dios para obrar bien.
La humanidad del ser humano no radica en su libertad, y puede valerse de su voluntad dirigiendo siempre el camino hacia Dios, el bien. Pero su libertad esta condicionada al amor a Dios, eligiendo libremente como llegar a el; si no lo logra no será feliz.
Los hombres nacen libres pero por el pecado original pierden esa libertad. Ese pecado lo produce la libertad o el libre albedrío y así nace el mal. El hombre se distancia de Dios por querer gozar de si mismo y de las cosas que son inferiores a el. Necesita la ayuda de Dios para recuperar la libertad perdida, y sin esa ayuda se aleja de la sabiduría porque se distancia de la verdad (fe + razon)
Agustín distingue dos males: males físicos de la naturaleza y males morales. Del mal físico deduce que todas las cosas buenas son corrompibles, por no ser Dios, así que todas las cosas no son del todo buenas. Del mal moral dice que se debe al mal uso del libre albedrío; bien parcial necesario para la felicidad. Si el hombre ama a Dios y cumple su voluntad, alcanza el bien.