Diferencia entre revisiones de «Perspectivismo y raciovitalismo»
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Las referencias a [[Platón]] y a la Biblia no son causales, ambas son fundamentales para comprender tanto la historia de la cultura occidental como las circunstancias en que se desarrollaron el pensamiento griego y el pensamiento judeocristiano. Toda reflexión filosófica ha de considerar muy seriamente estas circunstancias tan lejanas. Ahora bien, además de las citadas hay también otras más cercanos de la que no nos percatamos, no obstante, esas circunstancias, siendo tan próximos a nosotros, ejercen una gran influencia. Según [[Ortega]], deberíamos considerar muy seriamente esas circunstancias para valorar nuestras reflexiones filosóficas. Yo soy yo y mi circunstancia. | |||
Aquel que obserba la realidad lo hace desde su punto de vista. El punto de vista o la perspectiva de cada uno resulta pues el componente fundamental de toda realidad, siendo imposible determinar que un punto de vista sea superior a otro. Por consiguiente, la teoría del perspectivismo reivindica la pluralidad de las perspectivas para interpretar la realidad. En consecuencia, la verdad absoluta, una visión total de la realidad no sera sino la combinación organizada de todas las imágenes que se tengan de ella. Cada imagen presenta un aspecto determinado de la realidad. La verdad, por tanto, se obtendrá poco a poco, paulatinamente, a medida que se vayan recomponiendo los fragmentos ofrecidos por cada punto de vista. Puesto que todos los observadores son sujetos que poseen cada uno una perspectiva, aunque las imágenes que se hagan del mismo hecho no coincidan, todos tendrán el mismo valor, de suerte que resultan mas valiosas cuanto más relacionadas están a los puntos de vista de cada uno. Las opiniones de la personas valiosas, no porque coincidan con las mias, sino porque no coinciden con mis posturas. Esos desacuerdos son la muestra de la autonomía de la persona, de su pensamiento. Así pues, Ortega subraya la relevancia de aceptar los puntos de vista ajenos: las imágenes que se forman otras personas tienen el mismo derecho a la existencia que puedan tener las mías, no porque sean perfectas, sino porque siendo distintas, vienen a complementar las mías. La tolerancia así entendida es un valor fundamental para la convivencia social. No obstante, Ortega también quiso hacer frente a escepticismo y al relativismo. El perspectivismo de Ortega no es relativismo ni escepticismo, porque considera que todas las visiones parciales de la realidad son en parte verdaderas. Se necesitan unas a otras para complementarse. Cada persona, cada época es insustituible porque tiene su parte de realidad. Para comprender al hombre tenemos que comprender al mundo y viceversa. | |||
Ortega reflexiona sobre los dos polos radicales en los que se sitúa el ser humano: la vida y la razón. Para establecer una visión raciovitalista, Ortega criticó duramente tanto el vitalismo como el racionalismo para sintetizarlos después en una teoría. Ortega toma lo que considera más valioso, la perspectiva vital y la perspectiva racional. La primera es la realidad dada, la segunda se corresponde con el intento por comprender aquella realidad. Las dos perspectivas tienen características comunes: por un lado, su esencial radicalidad, y por otro, el servir de base para cualquier otra perspectiva. La mitad es una perspectiva esencialmente radical, porque se refiere a la raíz misma de la vida, en tanto que la racional es igualmente radical, porque ofrece la forma que permite al ser humano conocer las raíces de la vida. |
Revisión actual del 16:52 26 dic 2012
Las referencias a Platón y a la Biblia no son causales, ambas son fundamentales para comprender tanto la historia de la cultura occidental como las circunstancias en que se desarrollaron el pensamiento griego y el pensamiento judeocristiano. Toda reflexión filosófica ha de considerar muy seriamente estas circunstancias tan lejanas. Ahora bien, además de las citadas hay también otras más cercanos de la que no nos percatamos, no obstante, esas circunstancias, siendo tan próximos a nosotros, ejercen una gran influencia. Según Ortega, deberíamos considerar muy seriamente esas circunstancias para valorar nuestras reflexiones filosóficas. Yo soy yo y mi circunstancia.
Aquel que obserba la realidad lo hace desde su punto de vista. El punto de vista o la perspectiva de cada uno resulta pues el componente fundamental de toda realidad, siendo imposible determinar que un punto de vista sea superior a otro. Por consiguiente, la teoría del perspectivismo reivindica la pluralidad de las perspectivas para interpretar la realidad. En consecuencia, la verdad absoluta, una visión total de la realidad no sera sino la combinación organizada de todas las imágenes que se tengan de ella. Cada imagen presenta un aspecto determinado de la realidad. La verdad, por tanto, se obtendrá poco a poco, paulatinamente, a medida que se vayan recomponiendo los fragmentos ofrecidos por cada punto de vista. Puesto que todos los observadores son sujetos que poseen cada uno una perspectiva, aunque las imágenes que se hagan del mismo hecho no coincidan, todos tendrán el mismo valor, de suerte que resultan mas valiosas cuanto más relacionadas están a los puntos de vista de cada uno. Las opiniones de la personas valiosas, no porque coincidan con las mias, sino porque no coinciden con mis posturas. Esos desacuerdos son la muestra de la autonomía de la persona, de su pensamiento. Así pues, Ortega subraya la relevancia de aceptar los puntos de vista ajenos: las imágenes que se forman otras personas tienen el mismo derecho a la existencia que puedan tener las mías, no porque sean perfectas, sino porque siendo distintas, vienen a complementar las mías. La tolerancia así entendida es un valor fundamental para la convivencia social. No obstante, Ortega también quiso hacer frente a escepticismo y al relativismo. El perspectivismo de Ortega no es relativismo ni escepticismo, porque considera que todas las visiones parciales de la realidad son en parte verdaderas. Se necesitan unas a otras para complementarse. Cada persona, cada época es insustituible porque tiene su parte de realidad. Para comprender al hombre tenemos que comprender al mundo y viceversa.
Ortega reflexiona sobre los dos polos radicales en los que se sitúa el ser humano: la vida y la razón. Para establecer una visión raciovitalista, Ortega criticó duramente tanto el vitalismo como el racionalismo para sintetizarlos después en una teoría. Ortega toma lo que considera más valioso, la perspectiva vital y la perspectiva racional. La primera es la realidad dada, la segunda se corresponde con el intento por comprender aquella realidad. Las dos perspectivas tienen características comunes: por un lado, su esencial radicalidad, y por otro, el servir de base para cualquier otra perspectiva. La mitad es una perspectiva esencialmente radical, porque se refiere a la raíz misma de la vida, en tanto que la racional es igualmente radical, porque ofrece la forma que permite al ser humano conocer las raíces de la vida.